Cuando el Agotamiento se Convierte en Depresión: Mi Historia de Ruptura y Renacer
- Edith C.

- 10 oct
- 3 Min. de lectura
Recuerdo hace unos años, llorando histéricamente en mi bañera mientras repetía una y otra vez:
“Entiendo, entiendo, entiendo.”
Sentía que mi mente estaba en bucle. Las palabras salían de mi garganta mientras todo dentro de mí se hundía.
Se las decía a mi ex prometido, Ben.Y en ese momento, finalmente comprendí el tipo de dolor que lleva a alguien a ver la muerte como un alivio.

El Momento en Que Todo Colapsó
Todas las señales que él había mostrado antes de su suicidio, ahora las veía en mí.
La incapacidad de comprometerme con algo: ni un trabajo, ni una relación.
La pérdida de placer por cosas que antes me llenaban.Los constantes chequeos mentales: ¿Estoy mejorando? ¿Qué más puedo intentar?
El corazón acelerado ante un pensamiento intrusivo.
El insomnio.
El cansancio.
Las visitas médicas que terminaban con “todo está normal” mientras yo sentía lo contrario.
La tensión detrás del ojo derecho.
Las hemorragias nasales.
El dolor estomacal.
La sensación de que algo dentro de mí se había roto y nunca podría repararse.
No me daba cuenta entonces, pero no solo estaba agotada. Estaba deprimida. Una depresión camuflada detrás de mi productividad y mis ganas de “intentar una cosa más.”
La Delgada Línea entre el Agotamiento y la Depresión
El agotamiento y la depresión suelen caminar de la mano.
El burnout comienza como un cansancio emocional y físico producto del estrés constante —especialmente en personas cuidadoras, perfeccionistas o con muchas responsabilidades.La depresión aparece cuando ese cansancio se convierte en desesperanza, cuando el cuerpo deja de creer que el descanso servirá de algo.
Comparten muchos síntomas: fatiga, insomnio, pérdida de placer, desconexión.Pero la depresión añade algo más: la pérdida de sentido, la creencia de que nada cambiará.
Comprender esta conexión fue vital para mí.Recuperarme del burnout no significó volver a mi ritmo anterior; fue reconstruir mi relación con el descanso, con mi cuerpo y con mi propósito.
Cómo Empezó mi Sanación
Mi sanación no fue lineal ni perfecta. Empezó con pequeños momentos:
Sentarme en silencio con mi respiración cuando mi mente quería huir.
Permitir que las lágrimas salieran sin analizarlas.
Caminar sin el objetivo de “hacer ejercicio.”
Aprender que podía estar quieta y aún así ser suficiente.
Ir a terapia semanal
Conversar con personas que me sentia segura de hablar
Poco a poco, la vida volvió a sentirse presente —no como euforia, sino como suavidad.
Aprendí que recuperarse del agotamiento también es un proceso de duelo: duelar a la versión de ti que podía seguir empujando, y aprender a honrar a la que ahora necesita ternura.

Crear Rituales de Renovación
De esa temporada nació Lotus Love Box —una práctica pequeña de autocuidado que creció en un espacio de sanación.Cuando no tenía fuerzas para hablar, la luz, el aroma y el tacto se convirtieron en mis oraciones.
Así nació la Caja de Autocuidado para el Agotamiento, inspirada en la práctica ancestral del Yoga Nidra, o “sueño consciente.”Cada elemento —vela, cristal, aromaterapia y herramientas de conexión— fue elegido para ayudar a otras personas a reconectar con la sabiduría de su cuerpo y redescubrir el descanso como medicina.
Porque sanar no se trata de hacer más, sino de recordar que puedes detenerte.

✨ Una Invitación a Comenzar de Nuevo
Si al leer esto te reconoces en mi historia, por favor recuerda:no estás rota.Tu cuerpo no te está fallando; te está pidiendo cuidado.
Date permiso para descansar. Para llorar. Para respirar. Para no tener todas las respuestas.
Y si deseas una forma tangible de comenzar ese ritual de restauración,te invito a descubrir la Caja de Autocuidado para el Agotamiento —una compañera suave para tu viaje de recuperación.
🕯️ Enciende la vela. Respira. Deja que el descanso sea tu rebelión.
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